Nunca es tarde para continuar
Año 2017, me encuentro en mi habitación sola, como siempre pensando sobre todo y a la vez sin hacer nada, me siento tan inútil en estos momentos que siento que pronto todo va a acabar, no me siento capaz de continuar, ni de sonreír, la luz se ha ido de mi vida y no sé en qué creer, todo lo que amé se fue, todo lo que creí, ya no es, todo lo que estaba ya no estaba conmigo. He estado tan acostumbrada a que todo se vaya de mi vida que una despedida más es una más de la lista, ¿qué puedo hacer? Siento una plena soledad, no sentimental sino en mí, que no cesa, que permanece, que no me deja dormir y no puedo hablarlo con nadie, he estado sola en esto desde hace mucho, estoy acostumbrada a no comer, a solo quedarme acostada todo el día, a no cuidarme, desvelarme y solo llorar, no me preocupa nada de lo que pueda pasarme, ya no. Estoy desconsolada, confundida y sin méritos, estoy mal, lo sé y no veo salida, simplemente sucede, sin razón alguna, sin motivos, ¿son caprichos? No lo sé, he tratado de buscar en todos una ayuda y nadie puede responder a mi llamado, me sentí a punto de ahogarme, sin llamado de emergencia, al borde de la plena tristeza, tratando de hallar el culpable, entre todo lo que me ha ocurrido y no encuentro el responsable que ahora pueda sacarme de aquí, porque ni yo misma puedo, ni quiero, ¿aquí me quedaré? No quiero recordar todo lo malo que ha sucedido en mi vida, ya que sé que perdí a mi padre dos veces, el que me tuvo con mi madre y perdí por un accidente de coche y al papá que se supone, me cuidaría pero solo se divorció de mi mamá, dejándonos solos y abandonados, no importaron las lagrimas ni los esfuerzos, nunca volvió con nosotros, le tengo rencor, por dejarme, por hacerme sentir indefensa, por hacer sufrir a mi mamá, por hacer que a tan corta edad me sintiera tan mal, gracias, no había que esforzarse tanto. Desde ahí me volví así, insegura, callada, demasiado deprimida, se fue una parte de mi alegría, ¿qué más podía pasar? Si lo perdí todo, siempre lo he perdido todo, perdí mi casa cuando tenia 6 años, perdí a mis dos padres, perdí mascotas, y quizás suene desagradecida pero no puedo dejar de pensar en lo torpe que era para una amistad y lastimosamente en el amor me apresuré y me fallaron muchas veces, tantas veces fallé y fallé que pensaba que de esto iba la vida, pero no entendía y renegué y lo hice muchas veces, con todo, poco a poco sentí como una furia dentro de mí y que no podía controlar y toda esa furia reprimida se convertía en una depresión, la última vez que fallé confiando en alguien me dio tan duro que juré que seria la ultima vez que lo hacían de nuevo, pero ahí estaba, esperando que todo pudiera mejorar, llorando y sin respuesta de todo en lo que tengo duda, no sé nada, la mayoría de gente que conocí se marchó, quizá no me soportaron más y lo mejor era irse, de seguro, pero me han dejado sola, tan sola, que me acostumbre, ya no había remedio, me quedaré así, sin nadie a mi alrededor que notara lo mal que estaba, ni mi familia, ni nadie lo notaba, pase navidad y año nuevo sola, llorando con ansias de que el otro año fuera mejor, sin tanta soledad, ni pesares pero, ¿qué iba a saber yo? No sabía nada de lo que estaba por pasar.
Año 2018, ¿nuevo año, nuevos problemas? Estaba en décimo grado, tratando de evadir a toda costa todo lo que pensaba, esperando una luz que me salvara y me librara de todo el infierno que estaba pasando por mi cabeza en ese momento, pero no fue así, tuve problemas con mi salón, por el cupo y me separaron de mi mejor amigo, me toco sola, en un salón donde no conocía a nadie, no entendía nada, todo daba vueltas y tenía demasiada ansiedad, no me gustaba para nada mi salón, lo odiaba de cierta manera pues nada estaba pasando como quería, todo se estaba tornando como años anteriores y era duro, tenia el peso de mi colegio y sentía el peso de mi casa, tratando de que estuvieran orgullosos de mi, aunque mami estuviera lejos, mi hermano y mi nona no eran tan buenos conmigo, siempre yo era la culpable por todo, me pareció todo injusto, pero esto ya estaba pasando, ya estaba acostumbrada y lo único que podía hacer era esforzarme, si, esforzarme ilógicamente conmigo, con mi mamá, porque aunque no estuviera presente en casa, estaba trabajando por mi y me daba gusto contarle sobre las buenas notas que sacaba, era lo único bello que tenía, pues de resto, todo era ira, frustración y llanto que lo descargaba haciéndome daño a mi misma, ¿es algo ilógico contarlo por acá? Yo creo que sí, llevo demasiado tiempo guardando todo y nada me ha servido para evadirlo, me siento insatisfecha aún así porque siento que no ha sido suficiente, siempre hubo una voz en mi mente que me obligaba a hacer cosas que no quería, pensarlas y hasta hacerme llorar, todo esta en la mente, pero no puedo dejar de pensarlo, no puedo dejarlo tan fácil, porque no lo es y nunca lo ha sido. Un día donde todo iba mal, me dije, Tatiana, no podemos seguir así, no está bien, no es sano, no es algo que nos pueda ayudar, tenemos que hacer algo al respecto y cuando pensé al fin en hacer todo bien, resultó ser uno de los peores días que tuve y decidí mejor no pensar en semejante estupidez, mi vida estaba quizás destinada a ser pura negatividad, no había nada que pudiera ya cambiar mi situación, no hay marcha atrás, no hay arrepentimientos, así es la vida o así es mi vida, ¿Qué podía seguir lamentando? No veo nada mas que lo mismo, lo mismo todos los días de mi vida, de mi existencia, de mi ser, si bueno, ya nada estaba bien ¿y qué? Ya me daba igual, las esperanzas nunca han sido lo mío y nunca lo serán, no volveré a intentarlo. Un día estaba en mi pupitre sola, sin nada bueno que hacer, pero de repente llegó alguien, curiosa, con cara larga y algo triste, se hizo atrás mío, sentí mucha curiosidad sobre poder saber quien era, que le gustaba, si podía ser mi amiga tal vez, no sé quizá no quisiera irse de mi lado. Espere de manera disimulada a que se acomodara y cuando vi que nadie se le acercaba, lo hice y le hablé, quizá porque yo también me sentía sola y quizás ella me iba a entender, así que le dije cosas simples como cual era su nombre y de donde era, me dijo que se llama Yesenia y que venia de Venezuela, al instante se me vino a la mente preguntarle por mis cantantes favoritos de allá y me dijo mirándome contenta que a ella le gustaban también, todo fue de repente especial. Al fin me sentí comprendida y creía que al fin iba a tener una amiga de verdad, así que me dispuse a tratar de compartir con ella, pero no mucho, creo que fallé al dejarla sola, luego no volvimos a hablar tan seguido y de repente ya no hablábamos, pensé que fue por mí, que todo era mi culpa, me sentí muy mal y entendí que quizás mi destino en ese salón era estar sola todo el año, no sé qué sucedía conmigo pero comprendí que no siempre le iba a caer bien a la gente, pensé mucho en esos días. Han pasado varias semanas y mi relación con mis amigos de noveno no ha mejorado, me quede sola, sin saber qué hacer. Una mañana decidí acercarme a Yesenia otra vez y todo volvió a ser bueno, me sentí por lo menos acompañada, hable con ella y nos hicimos juntas, junto a otras niñas sus nombres son Rossy, Andrea y Camila, Rossy y Camila me caían muy bien pero Andrea tenía algo que hacía que la notara hipócrita. Estando ahí con ellas me sentía bien, sentí que al fin tenía amigas, nos reíamos y hablábamos de lo que fuera, extrañamente quise que así fuera todo el tiempo, porque noté que su amistad me ayudaba emocionalmente, no importaba lo sola que me sintiera, porque si estaba con ellas todo era mejor. Pasaron las semanas y éramos mas unidas que nunca, no había nada que quisiera mas que esos momentos, me estaban enseñando muchas cosas y se los agradecía, podíamos hablar, reír, debatir y hasta llorar, porque si una caía, todas estábamos ahí para oír y ayudar, era lo mejor, jamás hubiera pedido tanto, toda su atención era especial para mí, era única, nunca había estado tan contenta. A pesar de todos los malentendidos, llegó la fiesta de Rossy y todas fuimos (excepto Andrea que ya no formaba parte de nuestro grupo), nosotras cuatro, todo fue fenomenal, hablamos de todo, reímos muchísimo y nos contábamos cosas que pensamos la una de la otra y wow, jamás pensé que mis emociones internas se reflejaban a exterior, me dijeron rara lo cual me causó gracia, nunca sabes como te pueden mirar otros ojos. Se iba acabando la fiesta y todo iba demasiado bien, me divertí un montón. Desde esa noche, nos volvimos más unidas que nunca y fue un lazo que nada podía romper. Avancemos hasta mi fiesta, la cual no fue igual, lastimosamente no pudieron asistir, solo Camila, espere con ansias que varios fueran y nadie lo hizo más que 5 personas, me sentí deprimida, en fin, todo acabo, me fui a dormir, no importaba, estuve feliz. Era mitad de año, tuve más contacto con Yesenia, habían muchas noches donde me desahogaba con ella, me servía, pero no sabía si la incomodaba, nunca había podido hablar con alguien sobre lo que verdaderamente pensaba y sentía y ella me ayudó, desde esas noches supe que contaba con ella incondicionalmente. Luego, vinieron épocas duras para mí, luego de haber intentado algo con alguien durante tres meses, fue todo un acto fallido, no pude controlar mis emociones, dependí mucho de el y eso me llevo a mi perdición, pensé que esa vez iba a ser diferente por todo lo lindo que había pasado, ya no tenia ánimos de nada, volvió mi época antigua de no comer, de sentirme insignificante y sinceramente no pensé que saldría de ese vacío, de verdad me dolió. ¿Pero saben algo? A pesar de todo eso que había pasado y como me sentía, mis amigas estuvieron ahí para mí, en cada momento y lugar y nunca pude estar más agradecida por eso, porque sin pedirlo me acompañaron y me secaron cada lágrima así ellas también estuvieran mal, me acompañaron, estuvieron ahí tratando de hacerme sentir mejor y eso lo valoro cada vez que pienso en ello, jamás podré recompensar todo lo bueno que hicieron por mi y me di cuenta de que no debo depender de ningún extraño, las tenia a ellas y eso era suficiente, estaba bien con ellas, todo iba a mejorar. Llegó fin de año, conocí nueva gente, volví a fallar, me recupere, llore, reí, aprendí y amé, las amé a ellas en cada momento de amistad conmigo, pedí con ansías que nada de esto se fuera a arruinar, las quería a mi lado, jugando, riendo, olvidándonos de nuestros problemas, cuidándonos y viéndonos triunfar, siempre querré eso, pues se lo merecen, me hicieron creer en mí, cuando ni yo lo hacía ni lo veía y así estaba bien, me salvaron de ese hoyo, fueron mis angelitos.
Año 2019, bueno, último año, ¿qué puede salir mal? Estábamos mas unidas que nunca, hice lo imposible para que fuéramos en el mismo salón, todo iría bien pensé y quizás no fue así, no del todo. Todo comenzó con una mañana alegre de fuertes abrazos, fue como volver a restaurarme, no saben cuanto puede ayudar una persona a alguien y son 3, estaba de maravilla, no podía parar de reírme y sentir que estoy a gusto de nuevo, estoy justo donde debería y donde quiero estar, no lo cambiaría por nada porque sin importar qué, haré lo imposible por estar siempre al lado de ellas, y así será siempre o al menos hasta que cada una salga y tome su rumbo y ya no quieran volver…mientras pasan los días, las semanas y los meses no puedo parar de pensar en que no quiero un presente sin ellas, porque cada una de ellas es un pedacito de sol, por cada una de ellas yo sigo bien y es increíble pero cierto, ellas me han enseñado demasiado y valoro cada cosa que hicieron por mí y lo valoraré siempre, nunca voy a olvidarlas pase lo que pase y espero nunca perder su contacto, mi etapa mas linda del bachiller sin duda alguna fueron ellas y las llevaré conmigo siempre, a todo lugar al que vaya, estoy agradecida por todo, porque a pesar de todas las diferencias que podamos tener, siempre habrán formas y oportunidades para volver, porque nos apoyamos y si una cae todas los hacemos, si una esta mal, todas estamos ahí sin importar qué y no puedo evitar sentirme así, me ayudaron en muchas maneras a salir adelante y no puedo dejar de amarlas así por así porque sí, las amo.
Son todo para mí y nunca las olvidaré, son lo mejor y por eso estoy aquí, continuando, por ellas, por su amor, comprensión y ternura, porque de verdad me ayudaron a salir del hoyo en el que estaba, porque ahora puedo decir plenamente que estoy bien, y todo es por ellas, porque son lo mas lindo que tengo y siempre lo serán, espero en un futuro poder volver a vernos y estar orgullosa de decir y de ver que somos todas unas profesionales que pudimos con todo y logramos salir adelante, son mi todo, las amo, mis ángeles.
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